Ötzi, el «hombre de hielo» del Tirol, un cazador prehistórico que falleció desangrado hace unos 5.300 años después de que una flecha le atravesara el cuerpo y recibiera un golpetazo en la cabeza, tiene al menos 19 parientes vivos en la actualidad. Esta es la principal conclusión de un estudio genético realizado por el Instituto de Medicina Legal de la Universidad Médica de Innsbruck (Austria).
Los científicos analizaron muestras de ADN de 3.700 donantes de sangre en la región austríaca del Tirol. Durante el estudio, descubrieron que 19 individuos comparten una particular mutación genética con la famosa momia, cuyo genoma completo fue descifrado el pasado año. Entonces, el equipo internacional de investigadores destinado a arrancar sus secretos a la momia, descubrieron que Ötzi tenía los ojos castaños, comía cabra y sufría de una enfermedad del corazón, una infección bacteriana y caries. Pero además, ya adelantaron que podría tener parientes vivos, aunque los situaban en Córcega y Cerdeña.
Mismos ancestros
«Estos hombres y Ötzi tenían los mismos ancestros», explicaba Walther Parson, científico forense responsable del estudio, a la Austrian Press Agency. Se trata de partes del ADN que no suelen cambiar cuando son heredadas. El halogrupo de Ötzi, la gente con las mismas mutaciones, es muy raro en Europa, aunque los investigadores creen que se pueden encontrar a otras personas con la misma mutación entre las poblaciones de Suiza e Italia.
Ötzi fue encontrado por unos excursionistas en 1991 en los Alpes, cerca de la frontera entre Italia y Austria. Muy conservada, es la momia humana más antigua del mundo y una de las más estudiadas por la ciencia. Las circunstancias de su muerte son un misterio científico, aunque la hipótesis principal es que el cazador murió desangrado después de que una flecha le atravesara el cuerpo por la espalda y, además, de remate, recibiera un golpetazo en la cabeza, quizás en un cuerpo a cuerpo o quizás al resbalar y caerse cuando trataba de huir. El último estudio de las proteínas de muestras tomadas del cerebro de Ötzi confirman que el hombre de la Edad del Cobre sufrió una grave lesión en la cabeza antes de quedar congelado. Leer noticias relacionadas y ver hilo de debate en
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