Es más conocido como Membrácido Brasileño, y se caracteriza por llevar una vida plácida y solitaria entre las hojas de la Planta de la Gloria. Su aspecto es amenazador pero inocuo para el ser humano y es pequeño, entre 4’6 y 7’5 milímetros. Y sí, esos cuernos en lo alto de la cabeza le hacen probablemente el bicho más raro de la naturaleza.
Lo de arriba es una foto, el insecto es 100% real, pero debajo hay un dibujo casi más conocido. Lo hizo el artista científico Alfred Keller (1902 - 1955), famoso por moldear pequeñas esculturas de insectos con un impresionante nivel de detalle.
¿Lo curioso de todo esto? La función de esas tremendas protuberancias no está científicamente explicada. Se creía que podía ser para atraer a las hembras, pero tanto hembras como machos muestran esos cuernos; quizás sea para camuflarse mejor o para asustar a posibles predadores, no está 100% claro. Con casi 3.000 especies de membrácidos en el planeta, complicado aclararse.