• “Un país en el que un imbécil amenaza a otros por tener ideas políticas diferentes a las suyas”
El pasado domingo, Jordi Hernández Borrell, director del Instituto de Nanociencia y Nanotecnología de la Universidad de Barcelona, publicó un tuit afirmando que Miquel Iceta era un ser repugnante, un impostor, un ignorante y un demagogo. Además aseguró que tenía los esfínteres dilatados. No era la primera vez que zahería al dirigente socialista. Anteriormente lo había calificado de payaso, capullo, ser malévolo... Ante el revuelo mediático generado, el señor Borrell ha pedido disculpas públicas y ha presentado su dimisión. Incluso la Fiscalía de Barcelona investigará si existe un delito de odio y de discriminación por motivos de orientación sexual. Por otro lado, nos encontramos a un mentecato subido en un tanque del ejército amenazando a Carles Puigdemont y a Pablo Iglesias. No merece ni valoración. Terminamos una semana con la máxima locura imaginable. En Zaragoza, un hombre ha fallecido tras una discusión en un bar. Según ha trascendido, parece que la causa de la riña fue que la víctima portaba unos tirantes con la bandera de España. A la salida del bar, lo golpearon en la cabeza con un objeto contundente y le patearon, lo que le provocó traumatismo craneoencefálico severo y muerte cerebral. Tras unos días en coma, finalmente falleció. Hay quien justifica el homicidio por las ideas políticas de la víctima. Se da la circunstancia de que el presunto agresor —ya detenido— fue condenado a cinco años de cárcel por dejar tetrapléjico a un guardia urbano en 2008, aunque él siempre ha defendido que es inocente y que todo es un montaje policial. ¿Este es el país que vamos a dejar a nuestros hijos? Un país repleto de odio. En el que nadie se sorprende si un profesor de universidad denigra sin misericordia a otra persona. Afortunadamente hemos puesto el límite en la condición sexual. ¿Eso quiere decir que los demás insultos son aceptados por la sociedad con normalidad? Un país en el que un imbécil amenaza a otros por tener ideas políticas diferentes a las suyas y a las que considera casi dogmas. Terminando por otro animal que mata a otro por llevar unos tirantes. Vivimos en un país en estado de guerra permanente. Instalados en el odio, el desprecio al otro, la confrontación... Un país empeñado en destruirse, avergonzado de sí mismo, dividido y ciego. Quizá ya es hora de dejar atrás esos complejos y construir juntos un lugar donde vivir. En paz.
Diego Gafo
* Diego Gafo es colaborador de El Seis Doble. Su espacio, aquí. * Diego Gafo es autor del blog "Las cosas de DIEGVS".