Un viaje en bicicleta para vacunar a todos los niños
Llegar a las comunidades remotas con vacunas que salvan vidas es una tarea difícil
En el continuo esfuerzo por proteger a los niños de la República Democrática del Congo contra enfermedades mortales pero prevenibles, llegar a las comunidades remotas con vacunas que salvan vidas es una tarea difícil.
El inmenso tamaño del país y las débiles infraestructuras son un obstáculo importante, agravado por los disturbios civiles y los desplazamientos de la población.
La República Democrática del Congo se encuentra entre los 10 países con mayor número de niños no vacunados. Se ha avanzado a medida que se intensificaban los esfuerzos para vacunar a todos los niños, pero las comunidades remotas siguen siendo un desafío.
Ahí es donde el personal sanitario marca la diferencia. Esta es la historia de Kalima Munena Elias, un trabajador de la salud que vive en Nyunzu, en el este de la provincia de Katanga en la República Democrática del Congo.
Kalima Munena tiene una misión. Una vez al mes, monta en su bicicleta 117 kilómetros para llegar a aldeas remotas cerca de Kitenge, en la provincia de Katanga del Congo oriental.
El viaje de Kalima dura dos días en medio de un calor abrasador, caminos en mal estado y el encuentro ocasional con alguna serpiente. Pero el objetivo de Kalima es vital: entregar las vacunas que salvan vidas a los niños que viven en comunidades aisladas, niños que de otro modo no podrían adquirirlas.
Estos pueblos se encuentran acosados por enfermedades prevenibles que pueden matar a un niño; enfermedades mortales como el sarampión, la poliomielitis y la neumonía. En la República Democrática del Congo la neumonía causa el 19% de las muertes de niños menores de cinco años, pero una nueva vacuna que acaba de ser introducida podría ayudar a revertir esta tendencia.
Tan pronto como llega a la aldea de Kitenge, Kalima se encarga de preparar las vacunas, mientras la jefa de enfermería explica cómo proteger a sus niños de enfermedades prevenibles a las madres que se han reunido en el centro de salud.
Muchas madres han llegado hasta aquí hoy, un signo positivo para Kalima y el equipo de salud, ya que es crucial llegar a las familias que viven en estas comunidades remotas y enseñarles cómo prevenir estas enfermedades. Leer artículo completo en unicef.es.
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