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Zazen es como entrar en vuestro ataúd

¡Qué lejos están todas estas enseñanzas del estilo de vida de hoy en día!

“Zazen es entrar en tu ataúd”. Ésta es la frase que repetía el maestro Zen Taisem Deshimaru a sus discípulos cuando practicaban la postura de Buda.
Tanto los egipcios, mayas, griegos, japoneses, chinos, quizás incluso el hombre primitivo y un sin fin de culturas antiguas compartían una misma búsqueda que tal vez sea unos de los misterios más grandes de la humanidad. Todas estas civilizaciones tenían un método que repetían sin cesar e intentaban conservar como lo más sagrado. No tenía nada que ver con la palabra o con la imposición de normas, estaba muy lejos de ser alcanzado por la lógica y la razón. Seguramente no encajaba con lo establecido de sus culturas por lo que siempre acababa tergiversándose y manipulándose con el paso de los años, haciendo que la esencia misma de la búsqueda acabase perdiendo sentido y convirtiendo lo más sagrado en rutina o religión.

Religiones que acababan desmoronándose por su propio peso para dejar la puerta abierta de nuevo a la lógica y la razón, y así sucesivamente. Así se llega a la tragedia de las civilizaciones.
Estoy hablando de la práctica de la vida y la muerte. “Morir antes de morir”, como decían los Iatromantis -palabra griega cuyo significado literal se puede traducir como “curandero”-. Eran una especie de chamanes o hechiceros que practicaban una técnica meditativa conocida como el método de la incubación, el cual consistía en acostarse en una caverna y mantenerse inmóvil durante largos períodos de tiempo para poder experimentar un cuarto estado de conciencia mediante los sueños. Sabían que en los sueños residían las claves para la sanación del alma, para la comprensión de lo que es la vida y la muerte. Pensaban que había que morir para despertar, era una especie de renacer.
La muerte y la vida estaban unidas, interrelacionadas como si fueran una única cosa. No había contradicciones entre ellas y utilizaban el poder de esa sabiduría. Un conocimiento que adquirían a través de esta práctica y que no lo consideraban de este mundo. Por supuesto no estoy hablando de los sacrificios de la cultura Maya que parecía proceder de este mismo conocimiento mal entendido o como decía tergiversado con el paso de los años.
Por desgracia no conocemos estos métodos para alcanzar el estado de la muerte en vida, pero podemos intuir a lo que se refería el maestro Deshimaru cuando se dirigía a sus alumnos en el momento de la meditación. “Zazen es como entrar en vuestro ataúd”. Qué lejos están todas estas enseñanzas del estilo de vida de hoy en día. Parece que nos bombardean el cerebro con mensajes totalmente contradictorios al de los antiguos maestros o chamanes. Pero, ¿y si todo ese conocimiento estuviese en nuestro interior?, ¿y si poseyéramos la capacidad de ser libres, felices, de ser nosotros mismos y solo hiciese falta encender una pequeña mecha en nuestros corazones?
Pienso que hay que aprovechar los tesoros que nos han llegado hasta nuestros días a pesar de las dificultades a las que se han enfrentado. Una de ellas es la postura de buda. No perderé el tiempo explicando que es el budismo ni el Zen ni entraré en discusiones polémicas sobre cuál de las antiguas culturas era poseedora de la auténtica verdad. Solo expondré un viejo poema japonés que tal vez nos ayude a no mirar a otro lado cuando se trate de la muerte. Y es que la vida sin la muerte está incompleta.

Cristian Puig

Porque la vía del Buda trasciende
lo relativo y lo absoluto, nacimiento y muerte existen.
La existencia y el satori existen.
A pesar de ello, aunque nos gusten las flores,
se marchitan y desaparecen;
y la hierba, aunque no nos guste,
crece y vive.
Por más que nos gusten, las flores se secan.
Por más que no nos guste, la hierba crece.

Todos los artículos y audios de Cristian Puig en El Seis Doble
Cristian Puig es autor del blog carpetadosier.com

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Zazen es como entrar en vuestro ataúd

¡Qué lejos están todas estas enseñanzas del estilo de vida de hoy en día!

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