CARTAS AL DIRECTOR
Hace unos días leí en este diario un comentario que explicaba que en la zona ajardinada de la calle Trinidad Redal de Alzira habían plantado unas palmeras pequeñas que son tóxicas. Sugiero que desde este diario hagan unas fotos y se hagan cargo de este asunto porque lo considero bastante importante.
Buscando información descubrí que esas palmeras pequeñas se denominan Cyca Revoluta, de la familia de las cicadáceas (originaria de Japón, por cierto). En Wikipedia hay todo un párrafo dedicado a la toxicidad de este tipo de palmera:
“Si se ingiere es extremadamente venenosa, tanto para los seres humanos como para los animales. Los animales domésticos tienen un mayor riesgo ya que encuentran la planta especialmente sabrosa. Los síntomas clínicos se desarrollan en las 12 horas posteriores a la ingestión y pueden incluir vómitos, diarrea, debilidad, desvanecimientos, fallo hepático o toxicidad hepática caracterizada por ictericia, cirrosis y ascitis. Los animales domésticos pueden aparecer como abatidos, sangrar por la nariz (epistaxis), tener melena (sangre en los excrementos), hematoquecia y hemartrosis (sangre en las articulaciones). El Centro para el control de venenos para los animales (ASPCA en sus siglas en inglés) estima una proporción de mortalidad que se encuentra entre el 50 y el 75 por ciento cuando se ingiere la planta. La incidencia de su ingestión por animales domésticos se ha elevado en un 200% en los últimos cinco años. Si cualquier cantidad de la planta es ingerida, se debe contactar con un centro de toxicología inmediatamente. Los efectos de la ingestión pueden incluir daños internos permanentes y la muerte.
Todas las partes de la planta son tóxicas, sin embargo las semillas contienen el nivel más alto de la toxina "cicasina". La cicasina causa irritación gastrointestinal, y en una alta dosis conduce al fallo hepático. Otras toxinas incluyen la Beta metilamino L alanina, un aminoácido neurotóxico, y una toxina no identificada que se ha comprobado que causa parálisis en el ganado.”.
La zona ajardinada donde están se sitúa junto a un paso de cebra y aceras próximas, al alcance de cualquier mascota o persona. No es que la gente vaya masticando plantas por ahí, pero los niños no tienen tanto miramiento con lo que se llevan a la boca, y mucho menos los perros que paseamos cada día. Francamente, no sé quién ha sido el iluminado que ha permitido que se planten ejemplares de esta especie en un jardín de Alzira. Como he dicho antes, podríais pasaros y hacer unas fotos para demostrar lo accesible que está.
Nota: el autor de este correo ha preferido ocultar públicamente su identidad. Como sí se ha identificado ante nuestra redacción y el texto guarda las formas y corrección requeridas, lo publicamos y respetamos su libertad de expresión.