• El PP se ha cerrado las puertas al Gobierno, ha dejado tantos cadáveres insatisfechos detrás que no puede intentar un pacto con casi nadie
Bueno, ya hemos votado, ha acabado el único periodo en el que la mayoría de los políticos se interesan por nosotros y ya que se acercan estas fiestas diré que se ha armado la marimorena con zambombas y sonajas incluidas. Dejamos atrás el tiempo de las mayorías cómodas y holgadas para pasar a una verdadera jaula de grillos, un galimatías, patrocinado en parte por el ya casi difunto sistema electoral y la famosa Ley d’Hont, en el que parece que de un momento a otro va a escucharse el grito aquél de “SALVESE QUIEN PUEDA!” y no es para menos, hasta ahora teníamos un parlamento estable, tanto que uno hablaba y los otros vivían amordazados con cinta americana, como en las películas y vamos a pasar a sistema polifónico en el que veremos quién pone la carita. Esto va a parecer Italia, pero sin Berlusconi ni Prodi ni nada que se le parezca, sin gracia diría yo. Casi que lo dejaremos en una casa de locos. Era previsible, hacía falta esta hecatombe depurativa para que, en las próximas elecciones (creo que inminentes), ya puedan concurrir los partidos nuevos en igualdad de condiciones. ¿Quién será el próximo presidente? Ni idea, nadie llega a los 176, ni siquiera con el suicidio que supondría para una segunda formación un pacto con “lo de siempre”. El que parece que va a tener que reinventarse es Rajoy (el de las collejas) , quién a estas horas deben estar explicándole que no gobierna necesariamente el cabeza de la lista más votada, como siempre ha dicho. Parece que lo va a tener en chino, no sólo por los caprichos aritméticos, sino porque pase lo que pase, en el gobierno o en la oposición, para poder llegar a ser algo en esta legislatura (que preveo más corta que las mangas de un chaleco) hará falta una capacidad de diálogo, una cintura de goma, que Don Mariano ha demostrado estos años no tener ya que ha aprovechando su mayoría absoluta para mostrarse como el abusón del patio del colegio. Eso no se arregla en cuatro días. Me parece que su propio partido debería encargarse de desalojarlo para ahorrar escenas vergonzosas. La debacle histórica de votos perdidos en tiempo record puede ayudarlos. Existe una solución a todo esto para que todo siga igual, parece una locura pero vamos a entrar en un periodo de locos. ¿Alguien en la sala ha parado a pensar en una coalición de los partidos “clásicos”? El único matrimonio que suma 176 es ese, la gran coalición. Pero, ¿es posible? Me jugaría una oreja a que los teléfonos de Génova y Ferráz no paran. A estas horas habrán llamado ya todas las instituciones europeas asustadas por si “llegan los otros” pero lo veo difícil, más que nada porque visto como llega el PSOE a este punto, se rompería en mil pedazos. La explosión se oiría desde Marte ¿No creéis?. En resumen, la abstención ha ganado las elecciones (que tiene narices el asunto). El PP, con más escaños, se ha cerrado las puertas al Gobierno porque ha dejado tantos cadáveres insatisfechos detrás que no puede intentar un pacto con prácticamente nadie y porque si a alguien se le ocurriese, casi que sería como tomar una tortilla de cianuro. El PSOE se ha dado un leñazo histórico pero todavía puede hacer algo, Sánchez ha tenido mucha suerte porque Susana Díaz no debería abrir la boca visto como ha quedado en Andalucía y por eso dejará pasar un tiempo antes de pedir cabezas (ganas no creo que le falten). Y “los emergentes” han ganado, han conseguido salir de la nada y pasar a ser los verdaderos protagonistas de todo este cambalache que vamos a vivir desde este momento en tiempo record. Los que van a conseguir ganar la partida en dos jugadas, ya llevan una a favor. ¿La próxima? Dentro de no demasiados meses, nada más repitamos las elecciones. Y una cosa, dejadme sacar la bola de cristal y decir que no se si Soraya ganará a Susana Díaz aunque con una Ley Electoral nueva puede que solamente se repartan las migajas del pastel…