Vamos a hablar de una imposición municipal que tienen todos los Ayuntamientos y que no es otra que el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI). Para conversar sobre este asunto me acompaña hoy en el programa, de nuevo, Santiago Castillo.
El IBI suele ser un pago demasiado elevado por culpa de una mala gestión y una pésima administración. Los políticos deben cambiar la dinámica y hacer lo mismo que harían en su casa; sólo así llegaríamos a un equilibrio y a la reducción considerable de este impuesto.
Santiago puntualiza que "es muy bonito crear servicios que no son imprescindible sin valorar que eso después lleva a un gravamen que ya es casi imposible de pagar". Convierten el Impuesto sobre Bienes en una cuerda al cuello.
Hay que desahogar a los ciudadanos y para ello se debe reducir el gasto público y no continuar con esa bola de nieve que mientras rueda se va haciendo más grande.
El Ayuntamiento no tiene misericordia con nadie, al que no paga le embargan o le cogen el dinero de la nómina. El ciudadano que no tiene casi para pasar está agobiado por este impuesto.
En el Ayuntamiento de Alzira se están conservando puestos de trabajo ficticios que nos cuesta dinero a todos. Habría que facilitar la empresa privada para crear puestos de trabajo reales, que pagaran impuestos y que ayudaran a mantener el presupuesto con la generación de los ingresos que aportarían a las arcas públicas.
Sin contención y reducción de los gastos del Ayuntamiento se camina hacia al desastre económico. Mucho más en el audio que acompaña a estas líneas.