El buen trabajo de los responsables políticos de un Ayuntamiento, entre otros aspectos, se refleja en sus instalaciones y en el cuidado de sus empleados, entendiendo el cuidado, no solamente por la dotación de los útiles necesarios para desempeñar adecuadamente sus funciones, sino también por el hecho de velar por su salud e integridad física.
En el Ayuntamiento de Alberic, donde tanto se preocupan los responsables políticos por la imagen de ellos mismos, y en la teoría, de sus vecinos y trabajadores, entre estos últimos, el cuerpo de policía local, resulta que hace más de un año, tras el derrumbe de la casa colindante al retén policial, las dependencias de dicho cuerpo se encuentran en un estado deplorable. Anteriormente al siniestro, las instalaciones eran mejorables, pero no parecía que peligrara la salud de los agentes ni de los usuarios de las dependencias.
Por parte de los agentes, se han realizado diversos escritos al Ayuntamiento, cuestionando la seguridad de las instalaciones, tanto para ellos como para los vecinos que diariamente realizan gestiones en el mismo, ya que después del primer derrumbe, han habido otros mientras los agentes se encontraban en el interior, teniendo que salir lo más rápido posible por miedo al derrumbe de las dependencias. A día de hoy, los agentes no han recibido ninguna respuesta a sus escritos.
En un principio, las instalaciones quedaron cerradas al público y en teoría a los agentes, decimos en teoría porque a la unidad administrativa la reubicaron en el mismo edificio del Ayuntamiento, pero los agentes continuaban teniendo sus pertenencias, armas y demás útiles para su trabajo en las dependencias afectadas por el derrumbe.
De cara a las elecciones pasadas, y tras haberse enterado la oposición de dicha situación, se hicieron unos remiendos donde se reconstruyeron las paredes que se habían derrumbado, se arregló la puerta interior del retén que no se podía cerrar y se dio una manita de pintura para tapar humedades.
A día de hoy, de la casa derrumbada queda la fachada, la cual se encuentra delimitada con vallas, supuestamente para que nadie se acerque por miedo a derrumbe, la cual da a la entrada del retén y a la zona de estacionamiento de vehículos policiales.
Por otra parte, y conforme muestran las imágenes, se puede observar que cuando llueve, las paredes parecen cataratas, mojando documentos, plantillas, mobiliario, ordenadores, enchufes… en fin, un caos. Se llegan a estancar tres o cuatro dedos de agua en el suelo y lo que es peor, la cantidad de humedad que se acumula, que no deja ni respirar y que ha causado problemas de salud a un compañero, el cual tuvo un episodio bastante serio y el médico consideró que no podía trabajar en esas condiciones.
¿Hasta cuándo deben seguir con esta situación de insalubridad y con el miedo constante a no ser sepultados?
SPPLB Sindicato de Policías y Bomberos