En las redes sociales se vive cada día una continua pseudoguerra civil
¿En qué pueden acabar estas cosas? ¿Ya no se respeta nada?
Cada vez me resulta más evidente que en esta, nuestra querida España, se está viviendo una continua pseudoguerra civil. Las redes sociales no han hecho más que potenciar esta situación. Basta con que alguien diga alguna barbaridad para que, automáticamente, un número importante de personas haga comentarios en favor de la susodicha barbaridad, magnificándola si cabe. A barbaridad mayor, mayor número de comentarios. Si uno sabe ponerle el título bien, el éxito está servido. Si quien hace el comentario o la acusación es alguien conocido, el resultado se multiplica; lo mismo da que sea contra la familia real, contra los defensores de las corridas de toros o contra quienes defienden que se debería poder fumar en los bares. Al final, todo se convierte en una gran dicotomía donde hay dos enormes bandos, unos a favor y otros en contra; no parecen existir las medias tintas ni las opiniones razonadas, o estás conmigo o eres mi enemigo. Además, si en una línea de comentarios ya existen varios apoyando la barbaridad, o los insultos… o incluso el delito, resulta menos probable que alguien entre a defender la postura contraria porque puede salir escaldado (más de una vez me ha pasado a mí y sé de lo que hablo).
Insultos y graves acusaciones contra la familia real
Hace unos días, y bajo mi modesto punto de vista, perdiendo el norte, salió la noticia de que la concejala de Ganamos Alicante, Marisol Moreno, había injuriado a toda la familia real en pleno, acusándolos de vagos, estafadores, borrachos y ¡asesinos!, y anteriormente ya había manifestado públicamente que la Policía le daba asco y también alentaba a tirar una bomba en las plazas de toros: «Mirar estos hijos de puta … una bomba os echaba yo a vosotros».
Otras perlas de la misma autora:
Refiriéndose a Juan Carlos I: «Este hijo de puta ha matado a un ser que, en muchos aspectos, es mejor que los humanos, aunque claro, que se puede esperar de un tío que disparó a su propio hermano y lo mató».
«Qué asco me da Gallardón y todos los que votaron ayer… pero y Celia ?? Si algún día me la cruzo en un bar de ambiente la mato».
«No me da la gana que mis impuestos subvencionen asesinatos !! Salvo que sean los de los políticos …».
Recordemos que todo esto lo dice alguien que es un cargo público, a quien se le vota.
No voy a defender aquí a nadie de los mencionados porque todos ellos tienen capacidad para hacerlo solos, pero no me parece de recibo tener a alguien ladrando en nuestra sociedad de este modo y removiendo a las masas con insultos y amenazas. Yo mismo estoy en contra del sistema a menudo y critico muchas cosas en este blog —mis lectores habituales lo saben bien—, pero desde luego mi forma de plantear las cuestiones dista mucho de esto.
Luego veo los apoyos que tienen estas manifestaciones en las redes sociales, y algo dentro de mí me da miedo. ¿En qué pueden acabar estas cosas? ¿Ya no se respeta nada? ¿Son estas formas de gobernar o de querer hacerlo?
* Ramón Cerdá es autor del blog "El blog de Ramón".
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