Cuando miro mi DNI y veo eso de ‘Nació en Alzira’ es algo que de una u otra forma ya me etiqueta. Hay ciertas cosas, como el nacimiento, que no se eligen, son circunstanciales. A partir de ahí cada cual puede publicitarlo a los cuatro vientos y darse golpes en el pecho sacando la bandera de un rancio nacionalismo propio de otros tiempos. Porque, ¿quién puede decir que es más español, valenciano o alzireño que otro? ¿Cómo se mide el patriotismo? ¿Sería, por ejemplo, mayor o mejor aficionado al Valencia CF el que va al campo con la cara pintada y gritando sin parar que el que se sienta en su localidad tranquilamente para ver el partido?
Estas dudas me han surgido después del ataque inmisericorde que la alcaldesa de Alzira hizo a Ivan Martínez en el programa de ‘L’alcaldesa respòn’, de Alzira Ràdio. Una cosa es la crítica política y otra es la crítica personal y el hecho de tener un micrófono delante en un programa donde tiene carta blanca para decir lo que le plazca hay líneas que no se deben pasar o que la presentadora no debería permitir que se pasasen, ¿alguien se imagina un ataque personal a la alcaldesa en ese programa?
Decir que “le da mucha pena que no le guste Alzira” es algo que va más allá de la cuestión política. ¿Y todo esto por qué? Pues simplemente porque el concejal de EU-Alzira, por lo visto, no asiste a actos públicos. Para Bastidas eso ya es suficiente motivo para, primero, atacar las tradiciones y, segundo, que a alguien no le guste Alzira. Es decir, a cualquier ‘chorizo’ al que le guste las fiestas alzireñas ya quiere más a Alzira que un honrado al que no le gusten ciertos saraos.
Escuchando a la alcaldesa me lleva a pensar que para ella el amor al ‘cau de rabosses’ es más elevado en tanto y cuanto más se participa en fiestas locales… volvemos a la Alzira cañí. Personalmente pienso que eso un argumento tan retrógrado como el decir que una mujer, por el hecho de serlo, tiene que casarse con un hombre y tener hijos.
Yo supongo que habrá alzireños a los que no les gusten las fallas, la Semana Santa y demás fiestas (como a mí, por ejemplo); de la misma forma que habrá mujeres a las que no les gusten los hombres. Pero una aclaración… no me gustan las fallas ni la Semana Santa y si tengo la ocasión no la pierdo para huir a otros lugares más tranquilos durante esas fechas, ¿soy más o menos alzireño?, ¿me gusta más o menos Alzira por ello? Pero eso sí, pago todos mis impuestos (que no son pocos) religiosamente en el Ayuntamiento de Alzira… Si alguien me garantiza que por participar en las fiestas me bajarán mis impuestos es posible que lo haga.
Espero que a Bastidas pronto se le quite la pena que la aflige y que alguien le explique que hay ciudadanos que por no gustarle los saraos festivos no son ni menos ni más alzireños que nadie, ni les gusta más o menos esta ciudad. Ante todo debería estar el respeto por los gustos de la gente hacia ciertas cosas. Cuando la alcaldesa entienda eso, es posible que empiece a sonreír (de verdad) un poquito. Os observo.