Horno La Beata Inés

Una propuesta gastronómica de productos tradicionales a tamaño XXL

 
Si hablamos de cruasanes, magdalenas, panquemados, “fartons”, horchata o pizza… hasta aquí todo normal. Ya que es lo que nos solemos encontrar en los hornos de la provincia de Valencia. Pero si les decimos que sus cruasanes pueden medir hasta 50 cm y que llegan alcanzar los 2 kilos de peso, ¿les sorprende? Pues este es solo un ejemplo de lo que nos podremos encontrar si visitamos el horno de la Beata Inés.
Un horno con más de 35 años de tradición familiar ofreciendo sus originales y particulares productos a buen precio, calidad y porciones de tamaño gigante. Un templo perfecto para los amantes del dulce y un lugar idóneo para ir a comer con la familia o amigos. Ya que fuera del horno encontraremos una terracita acomodada con banquetes y mesas de piedra en la que poder disfrutar del banquete “beatero”.

UNA GRAN FAMA CON UN GRAN EQUIPO
Son ya casi 80.000 personas las que se declaran fans incondicionales de este horno en sus redes sociales. Pero si contamos todos los clientes que pasan diariamente por sus vitrinas llegan a alcanzar en temporadas hasta el millar de clientes por día. Unos clientes que no les importa tener que hacer colas de hasta más de hora y media en alta temporada para hacerse con sus productos preferidos ya sean de bollería, pastelería o bollería salada. Pues saben que va a valer la pena porque que el equipo de la Beata irá lo más rápido posible para atenderles y habrá postres para todos los gustos.
Un gran éxito cosechado por los más de 20 empleados que trabajan junto a la familia de La Beata Inés y que día tras día desde las 7 hasta altas horas de la tarde limpian, cocinan y atienden a todo tipo de paladares venidos de todos los lugares de España para degustar sus productos más selectos.

DÓNDE VISITARLOS
“El mar da hambre”... contaba uno de los propietarios entre risas en una de las entrevistas que han ofrecido. Y lo cierto es que sí, y que puede a que eso les ayude en sus visitas puesto que se encuentran entre dos playas del Mareny de Sant Llorenç, en Av. Nazaret-Oliva de Cullera y una de ellas cuenta con un Club de kitesurf que además fue el que les inspiró a montar el camping-merendero frente al horno después de pedirles unos cajones para sentarse fuera. Pero su éxito sobretodo viene reforzado por ser un horno en constante innovación que sólo cierra el mes de noviembre para reponer fuerzas y que consigue satisfacer a todas las edades en todas las estaciones del año.  Además de la preocupación por sus clientes, desde mejorar su aparcamiento habilitando un parking cerca del horno hasta satisfacer las peticiones que les van llegando perfeccionando su escaparate.