La Mancomunitat Intermunicipal de Alcàntera de Xúquer, Càrcer, Cotes y Sellent ha invertido 166.360 euros en Servicios Sociales en 2017, la mayor cantidad destinada a este departamento hasta el momento. El objetivo: compatibilizar la atención con la lucha contra la soledad de los mayores. El alto ritmo al que envejece la población ha obligado a las administraciones a movilizarse para apoyar a un público que, con el paso del tiempo, en vez de ganar autonomía, va perdiendo poco a poco habilidades, lo cual genera un sentimiento de fragilidad. Una realidad que implica nuevas responsabilidades. Por eso han surgido opciones como los centros de día, la asistencia telefónica o el programa de servicio «Ayuda a Domicilio» que ha implantado la Mancomunitat, donde las trabajadoras, que en 2017 atendieron a más de 70 personas, se han convertido en el mejor antídoto para los ancianos y ancianas. Todo ello bajo la supervisión de María Blasco, coordinadora de Servicios Sociales de la Mancomunitat. «Iniciamos este proyecto con el ansia de poder dar un servicio personalizado y de calidad. Lo que se intenta es que cualquier persona, independientemente de la etapa de su vida en la que se encuentre, pueda disfrutar de la asistencia de profesionales en su casa. La gente tiene que tener claro que los Servicios Sociales no son única y exclusivamente para aquellos que están en riesgo de exclusión social o con una situación complicada. Sirven para mejorar el bienestar social de una comunidad que cada vez cuenta con más mayores», explica Pepe Botella, alcalde de Càrcer y presidente de la Mancomunitat de la Vall del Xúquer. El programa cuenta con tres trabajadoras sociales para atender a las personas en situación de dependencia, tres auxiliares de ayuda a domicilio y una educadora que combate el absentismo escolar. 95 mayores disponen del servicio de teleasistencia ofrecido por la Diputació de València. Asimismo, dentro de Servicios Sociales, se han ido abriendo nuevas líneas enfocadas al público en general como el Programa de Prestaciones Económicas Individualizadas, donde se han concedido 92 ayudas en concepto de uso de la vivienda habitual, cobertura de necesidades básicas, acciones extraordinarias y adquisición de útiles para ancianos y ancianas. También se han visto beneficiados del Programa de Pobreza Energética un total de 37 vecinos y vecinas para evitar que personas o unidades familiares se quedaran sin luz y sin agua. Por último, del proyecto europeo de alimentos para personas desfavorecidas se han aprovechado 85 ribereños. «Los resultados han sido y están siendo muy positivos. Parte de esta acción está hecha por los cuatro ayuntamientos que formamos parte de la Mancomunitat y ese esfuerzo es un motivo de orgullo. Queremos seguir mejorando y explotar al máximo el servicio ofrecido. En este punto tiene mucho que ver la Diputació de València, que ha aumentado su inversión y gracias a eso, nosotros hemos podido hacer posibles todas estas ayudas», sentencia Botella.