Parte del casco histórico de Alzira, degradado por el abandono
Da la sensación que hay dos “Vilas” distintas; una de ellas en perfecto estado de revista, La Vila que se ve, y otra debajo de la alfombra, La Vila que no se ve
La Vila es un barrio histórico de Alzira que está declarado como Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de conjunto histórico. De hecho, existe un plan especial de protección para todo este entorno; plan que delimita normas urbanísticas, usos, rótulos, servicios públicos, señalizaciones… Todo está detalladamente pensado para que no se perjudique la imagen del conjunto histórico.
No obstante, da la sensación que hay dos “Vilas” distintas; una de ellas en perfecto estado de revista, La Vila que se ve, y otra debajo de la alfombra, La Vila que no se ve, en la que se puede depositar lo barrido para que no sea visible. De la primera ya hay folletos y guías que la describen, pero de la segunda parece que ningún gobierno local tiene presente que es el mismo casco histórico. Durante muchos años, los vecinos de esta “Vila que no se ve” han sufrido el incivismo y el vandalismo que han dejado sus fachadas y calles en una imagen verdaderamente lamentable. No son responsables de este agravio que ha perjudicado sus propiedades y su normal convivencia, no deben pagar los platos rotos por culpa de una regulación, falta de actuaciones y vigilancia que deberían haber sido más estrictas, más efectivas.
La comodidad política ha llevado a muchos daños estructurales, pintadas y ríos de meadas de mascotas y otros seres vivos, algunos de dos patas. La falta de preocupación de los últimos gobiernos locales que ha tenido la ciudad por mantener todo el barrio limpio, arreglar los problemas cuando aún eran pequeños y no descuidar ningún rincón de esta zona, ha llevado a que no valoraran que eran acciones muy importantes que contribuyen al buen orden ciudadano y, por tanto, a evitar el vandalismo. Es la teoría de las ventanas rotas.
Suciedad, malos olores, pintadas… Todo debajo de la alfombra, para que no se vea. La distancia entre algunos cascos históricos y los de Alzira es abismal.
Diego Gómez: “Alzira, con sus monumentos, su Vila… quiere abrir todas las cerraduras de vitalidad y alegría”. Otra: “No podemos dejar de lado La Vila”
Isabel Aguilar: “Alzira tiene muchos rincones mágicos para visitar y descubrir”.
Elena Bastidas: “Desde el Ayuntamiento, hace años que tenemos una gran preocupación en mejorar nuestro centro histórico”.
Miguel Vidal: “Premios a nivel nacional como la Escoba de Plata o la Q de Calidad son una buena razón para seguir apostando por el turismo, la historia y la tradición de Alzira”.
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