Per Arne Glorvigen y Andrei Pushkarev en el Castillo de Cullera
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En los conciertos solidarios del
III Festival Internacional de Música de Cámara de Cullera
Programa
I parte: Per Arne Glorvigen
Per Arne Glorvigen “Escenas del Bistro” para violoncello y bandoneon.
Per Arne Glorvigen “Violent Tenderness” para cuarteto de cuerda y bandoneon.
II parte: Astor Piazzolla
Astor Piazzolla “Tango Sensations” para cuarteto de cuerda y bandoneon.
Astor Piazzolla para vibrafono solo:
-Chiqilin de Bahin
-Little Italy 1930
-Nightclub 1960
Astor Piazzolla:
-Fuga y Misterio
-Oblivion
-Allegro Tangabile para cuarteto de cuerda, bandoneon y vibrafono.
Artistas
Per Arne Glorvigen (Bandoneón)
Residente en París desde hace 15 años, se formó como acordeonista en la Academia Estatal de Música de Oslo, “donde tocaba Bach, Grieg y arreglos y obras originales para el instrumento”, y tuvo su formación bandoneonística en la cátedra del Conservatorio de Gennevillers que dictaba nada menos que Juan José Mosalini, algo así como el gurú máximo del instrumento en Francia. Per Arne considera que es aquella formación académica la que le permite no reducir sus expectativas al tango. “Cuando llegué al bandoneón era porque quería tocar tangos. En Oslo había conocido las grabaciones de Salgán, de Piazzolla y del propio Mosalini. Pero, aun cuando comencé a tocar profesionalmente al poco tiempo, también quería buscarle al instrumento otras posibilidades.”
Desde hace unos años, entró en contacto con jóvenes compositores europeos para encargarles obras. “En julio de 2001, en el Concertgebouw de Amsterdam, estrené un concierto para bandoneón y orquesta del holandés Willem Jeths. Desde entonces, ya lo hemos repetido en cinco ocasiones y lo haremos tres veces más en este mes.”
Recientemente, en Leipzig, estrenó otro concierto para bandoneón del joven compositor alemán Bernd Franke. “Los dos son compositores actuales, con elementos tradicionales y contemporáneos en sus propuestas musicales y que están en busca de sonidos nuevos y diferentes para el bandoneón.” Con todo, aclara que, en la obra de Jeths, al final, en su última sección, “hay aires, ritmos y sonidos de tango. Quizás el público pueda haber estado impaciente a lo largo de toda la obra porque no había nada semejante a Piazzolla o a los sonidos de la música de Buenos Aires y la gente, cuando sabe que hay un bandoneón sobre el escenario, acude pensando que va a haber tango. Pero creo que, al mismo tiempo, hay que tratar de superar la “etapa Piazzolla”, lo que, para nada, implica que haya que excomulgar al tango de la sala de conciertos académicos”.
Entre el tango y lo clásico
Su vida entre el tango y la música académica presenta un antecedente de peso, pero en este caso vinculado muy estrechamente con Piazzolla. “Yo había tocado en óperas de algunos compositores franceses que incluyen el bandoneón en sus orquestas. Por lo tanto, dentro del mundo de la música clásica, el bandoneonista de más predicamento era yo. Fue así como Gideon Kremer se contactó conmigo para tocar la parte de bandoneón de un concierto para violín y orquesta de un compositor holandés. La obra se estrenó en el 94, en el Concertgebouw. Pero yo, además, había llevado conmigo, para los bises, arreglos de tangos de Piazzolla para violín, bandoneón, piano y contrabajo que tocaba con mi conjunto de cámara noruego. A Kremer le encantaron y, después de aquella presentación, ofrecimos por todo el mundo más de un centenar de conciertos con tangos de Piazzolla, para ese conjunto instrumental, y registramos cuatro compactos.
Y casi instantáneamente agrega: “Con Kremer, un violinista excepcional, aprendí muchísimo de música, pero nada de tango porque, como a muchos intérpretes clásicos que tocan Piazzolla, le falta todo lo que viene antes, desde lejos, desde Villoldo. Yo creo que para hacer bien a Piazzolla hay que saber hacer antes a De Caro o a Troilo. Del mismo modo como no se puede hacer bien a Stravinsky si antes no se pasó por Bach, Mozart y Brahms”.
En su currículum también figuran su participación excluyente en la reposición de la operita “María de Buenos Aires”, de Piazzolla, los conciertos que ofrece junto a los solistas de la Orquesta de París, con obras de Luis Naón, un compositor argentino residente en Francia, y apariciones como solista junto a las filarmónicas de Oslo y de Gotemburgo y la Orquesta Nacional de Rusia.
Ahora, dentro de dos meses, junto al Cuarteto Alban Berg, emprenderá una gira de conciertos para tocar una obra especialmente escrita por el compositor austríaco Kurt Schwertsik, para bandoneón y cuarteto de cuerdas, y “Five tango sensations”, de Piazzolla. Habida cuenta de que el Alban Berg llegará este año al Teatro Colón para tocar en el ciclo de abono del Mozarteum, no estaría mal agregarles a las maravillas habituales del cuarteto un sonido muy caro a los argentinos. Aunque sea fuera de programa y aunque sea con un músico noruego excelente que ya ha estado en siete oportunidades en el país y para quien los sonidos del tango son parte de su propia vida y a los cuales, sencillamente, les quiere agregar otras vidas.
Fuente:
http://www.perarne.net/
Andrei Pushkarev (Vibráfono)
Nace en 1974 en Kiev en un entorno familiar formado por músicos. Comienza sus estudios musicales a los cinco años, siendo el piano el primer instrumento que toca. En 1980 ingresa en la Escuela Especial de Música de Kiev. A los 14 años se concentra en la percusión, su tipo de instrumentos favorito desde niño. En 1992 Andrei Pushkarev se convierte en estudiante del Conservatorio Nacional Kiev Tshaikovsky, donde continua su desarrollo profesional con el Profesor Alexander Blinov. Durante esta etapa Andrei comienza a crear sus propias obras y composiciones para SOLO de vibráfono. Durante el estudio de percusión orquestal, el vibráfono se convierte en su instrumento favorito.
En 1995 se le otorga el premio a SOLO de vibráfono en la categoría de nuevos músicos y Andrei además realiza sus propias composiciones.
Entre 1995 -1999 Andrei desempeña su papel como vibrafonista solista con muchas orquestas de cámara por toda Ucrania.
En 1996 Pushkarev gana el concurso de la Orquesta Filarmónica de Kiev como timbalero principal. A los 22 años se convierte en el timbalero principal y más joven de la orquesta sinfónica de Ucrania.
Desde 1999 su carrera musical continúa en un nuevo nivel – Andrei Pushkarev se une a la orquesta de cámara Kremerata Baltica, de la que todavía es miembro-. El mundialmente famoso violinista Gidon Kremer creó esta orquesta en 1997. Desde 1999 Pushkarev ha participado en conciertos por todo el mundo y también ha participado en numerosas grabaciones como miembro de la orquesta para sellos como Nonesuch, Deutsche Grammophon.ECM, etc. Como timbalero solista se le puede escuchar en el CD “Después de Mozart”, que en 2001 recibió un premio Grammy en EE.UU. entre otros premios.
En el verano de 1999 se lleva a cabo por primera vez en el Festival de Música de Cámara de Lockenhaus –Kammermusikfest- (Austria) y se convirtió en un participante habitual de este festival.
En los años siguientes Pushkarev realiza muchas composiciones como vibrafonista individual en el Festival de Música de Cámara de Lockenhaus -Kammermusikfest – junto con los arreglos de Astor Piazzolla, Richard Rogers, Peter Tchaikovsky, etc.
Junto con Gidon Kremer y la Kremerata Baltica realiza una gira por todo el mundo, actuando en numerosas salas de concierto por todo el mundo, incluyendo el Carnegie Hall de Nueva York, Albert Hall, en Londres, en el Musikverein y Konzerthaus de Viena, Concertgebouw de Amsterdam y así sucesivamente .
En Lockenhaus nace su idea de crear un proyecto de SOLO para vibrafono. Esta idea de hacer los arreglos de jazz de 15 invenciones a dos voces de JS Bach, llegó por primera de parte de Gidon Kremer.
Andrei Pushkarev desarrolla la idea para que cada invención sea escrita en un estilo distinto para pianistas de Jazz (Oscar Peterson, Dave Brubeck, Chick Corea, etc.)
En la primavera de 2004 Andrei Pushkarev lleva a cabo el proyecto “Bach Vibrations” por primera vez en Basilea (Suiza) en el festival de Gidon Kremer “Les Museiques”.
El mismo año graba un disco editado por el sello austríaco “Gramola”, que fue nombrado por el Deutsche Schallplattenkritik Bestenliste como uno de los descubrimientos del año.
Andrei Pushkarev ha tocado con músicos como Yo Yo Ma, Yury Bashmet, Martha Argerich, Julian Rachlin, Gabriela Montero, Michel Portal, Peter Sadlo, Katia Skanavi, Mario Brunello, Maxim Rysanov, Gabor Boldoszki y también con directores como Yury Temirkanov, Voldemar Nelsson, Roman Kofman.
En 2004, como vibrafonista solo fue galardonado con el Premio de la Fundación “Pro Europe”.
En 2005 Andrei realiza un mundo duo-tour con Gidon Kremer.
En 2006 Andrei Pushkarev forma parte del proyecto de trío de Gidon Kremer “De Bach a Piazzolla” junto al pianista lituano Andrius Zlabys. Este proyecto tuvo un gran éxito en Estados Unidos y en América del Sur.
Desde 2009 Andrei Pushkarev ha impartido regularmente clases magistrales en todo el mundo (América del Sur, Europa y Australia). Ha participado como miembro del jurado en numerosos concursos internacionales de percusión, como el Concurso Internacional de PAS (Italia, 2011 y 2012), etc
En 2010, junto a Gidon Kremer y al argentino bandoneonista Dino Saluzzi, Andrei graba “Temas del cancionero” – música de cine y teatro por el compositor georgiano Giya Kancheli-. En octubre de 2010, este CD fue lanzado por ECM Records.