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Violencia de género… esa lacra
SEGURINTER | Cuando una llamada rutinaria sobre facturación acaba en llamada a la policía
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Adriana es la mamá de dos niños preciosos, que son el orgullo de la familia, por sus valores y conductas. Trabaja en Segurinter como responsable de atención al cliente del departamento de administración. Hoy ha sido un día muy agradable, de esos que hace que una se sienta orgullosa por ser mujer y ser madre; le ha llamado Paula para darle las gracias por aquella llamada, que hizo ya varios meses reclamándole una factura.
-¿Eres Adriana?, hola soy Paula de la Joyería Porto Fino de Mallorca, quiero darte las gracias por aquella llamada que me hiciste reclamándome la factura por el servicio de Central Receptora, porque cambió mi vida…
Hoy ambas, están agradecidas contentas y se reconfortan por lo que pasó hace unos meses, pero en aquellos momentos vivieron posiblemente la situación más trágica de su vida.
En aquel día fatídico, Adriana estaba llamando a clientes morosos para acordar el pago de las facturas…
Riiiiiinnnnggg, riiiiiinnngggg, -Hola, buenos días, ¿Es usted la señora Paula?, soy Adriana y le llamo de Segurinter, para resolver el pago de la factura.-
Con voz: baja, temblorosa y asustada
- Si soy Paula, perdone pero en estos momentos no le puedo atender…
Se oían insultos, frases que no se entendían bien, ruidos como de romperse cosas, y…
- ¡¡¡¡Oiga ¿quién es usted?!!!!
- Soy Adriana de Segurinter y llamaba por una factura…,
- ¡Váyase a la mierda!-, colgaron inmediatamente el teléfono.
Adriana perpleja y un poco asustada, comentó con sus compañeras lo ocurrido. – acabo de llamar a la joyería Porto Fino y Paula su dueña la he percibido muy asustada; oía gritos, insultos y un señor le ha cogido el teléfono a Paula y gritándome me ha insultado y me ha colgado.
- Deberíamos de llamar a la policía- comenta Ana, y así lo hicieron, llamaron la policía de Mallorca y les indicaron lo ocurrido.
Días después Adriana llamó a Paula, y esta vez si la pudo atender. –Hola Paula espero que esta vez sean buenos días, ¿Estás ya más tranquila? -Sí, si ya estoy mucho más tranquila. Siento que vivieras una de tantas riñas de mi marido, de verdad lo siento-, Adriana un tanto preocupada le dijo que fue ella quien avisó a la policía y Paula se lo agradeció.
Meses después cuando nuestro técnico Alex acudió a la joyería a realizar la revisión del sistema, porque la deuda ya se había resuelto, Paula le contó que su matrimonio, su negocio familiar y su vida se hubiera destrozado, pero gracias a la llamada de Adriana y a la intervención de la policía de Mallorca ante la agresión de su marido y posteriormente a la ayuda de los servicios sociales del ayuntamiento, que pusieron a dos psicólogos especializados en violencia de género, para ayudarles a su marido y a ella a darse cuenta de los errores en sus conductas, y resolver la adicción al alcohol de su marido, la relación iba mejorando y se notaba especialmente en la atención y mejores notas de sus hijos en el colegio.
Segurinter
-¿Eres Adriana?, hola soy Paula de la Joyería Porto Fino de Mallorca, quiero darte las gracias por aquella llamada que me hiciste reclamándome la factura por el servicio de Central Receptora, porque cambió mi vida…
Hoy ambas, están agradecidas contentas y se reconfortan por lo que pasó hace unos meses, pero en aquellos momentos vivieron posiblemente la situación más trágica de su vida.
En aquel día fatídico, Adriana estaba llamando a clientes morosos para acordar el pago de las facturas…
Riiiiiinnnnggg, riiiiiinnngggg, -Hola, buenos días, ¿Es usted la señora Paula?, soy Adriana y le llamo de Segurinter, para resolver el pago de la factura.-
Con voz: baja, temblorosa y asustada
- Si soy Paula, perdone pero en estos momentos no le puedo atender…
Se oían insultos, frases que no se entendían bien, ruidos como de romperse cosas, y…
- ¡¡¡¡Oiga ¿quién es usted?!!!!
- Soy Adriana de Segurinter y llamaba por una factura…,
- ¡Váyase a la mierda!-, colgaron inmediatamente el teléfono.
Adriana perpleja y un poco asustada, comentó con sus compañeras lo ocurrido. – acabo de llamar a la joyería Porto Fino y Paula su dueña la he percibido muy asustada; oía gritos, insultos y un señor le ha cogido el teléfono a Paula y gritándome me ha insultado y me ha colgado.
- Deberíamos de llamar a la policía- comenta Ana, y así lo hicieron, llamaron la policía de Mallorca y les indicaron lo ocurrido.
Días después Adriana llamó a Paula, y esta vez si la pudo atender. –Hola Paula espero que esta vez sean buenos días, ¿Estás ya más tranquila? -Sí, si ya estoy mucho más tranquila. Siento que vivieras una de tantas riñas de mi marido, de verdad lo siento-, Adriana un tanto preocupada le dijo que fue ella quien avisó a la policía y Paula se lo agradeció.
Meses después cuando nuestro técnico Alex acudió a la joyería a realizar la revisión del sistema, porque la deuda ya se había resuelto, Paula le contó que su matrimonio, su negocio familiar y su vida se hubiera destrozado, pero gracias a la llamada de Adriana y a la intervención de la policía de Mallorca ante la agresión de su marido y posteriormente a la ayuda de los servicios sociales del ayuntamiento, que pusieron a dos psicólogos especializados en violencia de género, para ayudarles a su marido y a ella a darse cuenta de los errores en sus conductas, y resolver la adicción al alcohol de su marido, la relación iba mejorando y se notaba especialmente en la atención y mejores notas de sus hijos en el colegio.
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El Sis Doble no corregeix els escrits que rep. La reproducció d'aquest text és literal; fidel a les paraules, redacció , ortografia i sentit de l'autor/s
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