No todos los funcionarios son iguales
Defender la función pública es hacer los esfuerzos oportunos para que sea más efectiva y rentable, no blindar a sus trabajadores a capa y espada
Mi buen amigo Luigi acudió a una comisaria de la Policía Nacional a solicitar una carta de invitación a favor de un extranjero, ya que pensaba invitar a un paisano suyo —ecuatoriano— a su casa una temporada. Cuando llegó a la oficina en cuestión se encontró con que estaba desierta. Solo había un policía que le invitó muy amablemente a que desistiera de su empresa y volviera mañana, ya que no había nadie en la oficina. Al rato apareció otra funcionaria pero se escabulló del embrollo aduciendo que no era su departamento. Patidifuso intentó pedir explicaciones aunque sin éxito. Finalmente, tras 45 minutos de espera apareció el trabajador responsable del departamento en cuestión... que venía de desayunar.
Imagine por un instante que esta misma experiencia le ocurre en una tienda, en un negocio, en una oficina, en cualquier empresa... Impensable ¿verdad? Es más que probable que estos trabajadores que han desatendido su trabajo por irse a desayunar estén haciendo fila en la oficina de empleo más próxima al día siguiente. Y con razón. Por supuesto que tienen derecho a salir a desayunar, pero también tienen la obligación de atender sus quehaceres. Es bastante sencillo ponerse de acuerdo con los compañeros para salir a tomar café. No se puede tolerar que los derechos estén siempre por encima de las obligaciones. Yo pensaba —iluso de mí, infelice— que ya habíamos superado el Vuelva usted mañana que tan magistralmente describió Larra dos siglos ha.
He trabajado en la Administración Pública y les puedo asegurar que es donde más feliz he sido en mi empleo. En mi oficina se trabajaba —y se trabaja— mucho y bien. Y sé de primera mano que no todos los funcionarios son iguales. Pero siempre hay garbanzos negros —como en todos los cocidos— que hay que eliminar. Hay quien piensa que defender la función pública es blindar a sus trabajadores a capa y espada. Nada más lejos de la realidad. Defender la función pública es hacer los esfuerzos oportunos para que funcione perfectamente y sea más efectiva y rentable. Aprobar una oposición no puede ser sinónimo de impunidad. Los demás trabajadores también hemos pasado nuestros correspondientes procesos de selección...
* Diego Gafo es autor del blog "Las cosas de DIEGVS".
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